martes, marzo 21, 2006


Adiós A Mi Concubina (Ba wang bie ji)


Chen Kaige

Cualquiera sea la expresión artística cultural, sentimental, celestial o apocalíptica. Razonal, cebollenta, futurista, alternativa. Enredada, rebuscada, monótona o transitoria. Sea cual sea su intención, es expresión, es hermosura, es arte, la salvación definitiva del ser humano. En esta existe un universo subjetivo, un estamento en donde la necesidad de crear arte es creación superficial, heterogénea y totalmente irreal.

El caso es que a la hora de hablar de culturas que a cualquiera le parecen ridículamente lejanas y a veces da la coincidencia de “maravillosas”, ocurre que criticas conceptuales ralas tales como “Eso no debería ser así” o “Son unos matados de la cabeza” quedan obsoletas por la gran falta de conocimiento teórico/social/cultural de la persona. Todo ser humano es culto. El lenguaje artístico no es universal. Y el cine no es la excepción.



Adiós Mi Concubina es una película Oriental de Hong Kong, China, que referido con lo anterior, es una película hecha por orientales para orientales que a su vez al ser del siglo XX cumple el requisito de “intentar” dar un mensaje universal. Para mi esta cinta es un regalo del cielo, una serie de simbolismos poéticos transgresores, una película fuertemente social, demasiado interesante, bellamente estética y esencialmente muy bien interpretada. A continuación intentare ser lo mas explicito posible para expresar mis sentimientos de la película y darla a conocer al publico occidental, mas bien, a cualquiera que comprenda el arte como una luz entre tanta oscuridad.


Pekín en 1925 era un verdadero caos de inestabilidad política. Un pueblo con militares detrás de cada sombra, pero también con anhelos de cambio guardados en cada conciencia de las personas que la habitan. Sin embargo, la magia rodeaba el ambiente, era un roció amarillo constante, y la vida cultural se expresaba en las fabulosas y esta vez populares Operas las cuales eran una puerta hacia el sentimiento infinito. El inocente y hermoso niño Douzi pertenecía a una academia de ellas, por cosas del destino al ser abandonado por su madre cuando era solo un niño. Shitou, se transforma en su mas fiel amigo, y juntos a medida que pasa el tiempo se transforman en magníficos representantes de la opera que ensayaron duramente toda su dura niñez: “Adiós mi concubina”.



Como patrón obligatorio de la opera China, era necesario que los hombres representaran el papel de la mujer en las representaciones si es que se carecían. Es así como Douzi hace el papel protagónico de la Concubina y Shitou del llamado Emperador. La historia de esta opera narra de cómo la preciada concubina del emperador traiciona hasta sus principios por el amor lo que la conlleva a suicidarse cortándose su cabeza.



Estos papeles sentimentales en donde el rol de mujer lo hace Douzi y el de hombre Shitou se ven representados en sus vidas coloquiales. El amor que siente Douzi a Shitou no es un amor sexual, sino que como todos los amores verdaderos, un amor a la esencia y a la pasión. La felicidad de Douzi se ve interponída por la bella prostituta de la llamada Casa de las Flores, Juxian, que se enamora esta vez sexualmente de Shitou, al igual que el hacia ella, lo que causa la angustia eterna y finalidad de existencia al frágil Douzi.

La trascendental corrupción de principios ocurrida en 1966, la llamada “Revolución Cultural” pretendía destruir todo vestigio de la llamada China del Antiguo Régimen tras la toma de poder de Japón en esta región. Los tres característicos personajes de la cinta, Juxian, Douzi y Shitou son juzgados por la Guardia Roja y tras declaraciones de principios, puteadas e insultos varios entre ellos, en una escena aballasadora y magnifica, se salvan de la ejecución pero Juxian se suicida al saber la “relación homosexual” de Douzi y Shitou, y también por el punto critico al que llega su cuerpo y alma en relación con el ambiente social que se vivía en esos instantes.





En una reflexiva y notable ultima escena, ya en los lejanos años 1977, Douzi y Shitou representan por ultima vez Adiós Mi Concubina, solos, en un abandonado y oscuro gimnasio, lo que termina el desenlace de la cinta con el suicidio de la Concubina y de Douzi a la vez, con una preocupación de Shitou al comienzo pero luego aceptación e ironía al final, como si esto fuera parte de lo cotidiano, como si el amor pasara todos los días, como si la aceptación del conocer al otro y aceptar su felicidad fuera un hecho que tuviera trascendencia eterna en los cuerpos de los amantes…

Ba wang bie ji es una de las mejores películas de los años 90` en Hong Kong, época en que se empezó a forjar un fuerte movimiento cinéfilo, algo así como un nuevo cine oriental, que se caracteriza por tener una gran tendencia a la adoración a lo milenario y al montaje cinematográfico. Directores tan destacados como Ang Lee o Takeshi Kitano y el propio Chen Kaige deambulan en un cine moderno polifacético, en compromiso con su tradición de país.

En la cinta, las escenas vuelan como aves rosadas, flores y lanzas violentas. Una música que juega con lo folklórico y nacionalista Chino que acompaña a los planos pictóricos notablemente influenciados por Akira Kurosawa, otro gran artista oriental. El film de comienzo a final pasa por una larga serie de sucesos tanto en la sociedad y pueblo en el que se mueven los personajes como en los protagonistas mismos. La decadencia como factor primordial, muchos simbolismos y una película de muchas interpretaciones e estudios dan por resultado una especie de magnolia cromática que es exacta a la luna en el agua, rosa de piel y olores a pasión, cielo y suciedad , como en osmosis, en un éxtasis fluorescente en la eternidad…Un largo letargo de sufrimiento y angustia que a su vez nos hace separarnos del mundo de no-arte en el que vivimos, un mundo no-bello no-singular, no-nada que nos hace nada mas que crear mas arte para algo llamado “satisfacción”…tal vez muy rebuscado para terminar, pero que da, esto es “arte”! …¿?….



Mr Hall

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