"Los Cines Periféricos"
(*) Texto basado en el libro del mismo nombre, del ensayista Alberto Elena.
La economía centrada en el cine, es un elemento que dio a luz tras su invención a finales del siglo XIX, después del global éxito del cinematógrafo, transformándose en un negocio altamente rentable y que es representativo de una revolución industrial ya en desarrollo, en cuanto al dominio del entretenimiento público. Este revolucionario invento fue lanzado en 1895 por los hermanos Louis y Auguste Lumière en París, y a partir de este momento la maquina de movimiento cinematográfico no parara hasta nuestros días.
Al cine no le bastará con conquistar Francia, sino que también se extenderá por Europa y, hecho importantísimo para este texto, las colonias de estos expansivos europeos. La emergente industria norteamericana, utilizará la misma táctica de instalar sucursales, en estratégicas capitales del mundo en guerra. Por lo tanto, la utilización del cine para lograr la hegemonía mundial, es un factor que rodeo a los países de esos años, y de cierta manera también los de hoy en día.
Ahora bien, ya sea en las ex-colonias europeas o en las actuales naciones orientales, cuando hablamos del término “cines periféricos”, nos estamos incluyendo en el centro de algo. El centro del egocentrismo por hacernos creer que somos parte de un cine protagonista. Y si habría que indicar una razón de ello, seria la hegemonía cultural de los países, catalogados como las “grandes” potencias económicas y sociales. El monopolio de las empresas cinematográficas, en cuanto a la comercialización y difusión de las cintas, es un hecho que actualmente (y prácticamente desde siempre) ha rodeado a este arte en particular. El cine, a veces sin que lo desee, forma parte de los medios de comunicación masivos, y por lo tanto es una importante herramienta para la difusión y manipulación de las ideas de las personas.
Por lo tanto, el mainstream que rodea a este arte se expresa en las grandes industrias de cine (Hollywood y Europa en muchas ocasiones) y su respectiva imponencia, que opaca constantemente a obras con el mismo o aun mas valor que las impuestas (“el cine de las periferias”, centrado en las regiones de África, Medio Oriente y India). Pero aun así, estas obras logran tener sus espacios, ya sea en filmotecas, estrenos comerciales o difusión a través del video, a pesar de la constante oposición del cine canónico europeo/estadounidense.
Obras estrenadas en nuestro país, como “Las tortugas también vuelan” (2004), “El sabor de las cerezas” (1997), “El espejo” (1997) o “Un verano en
Orígenes del cine en Oriente
La invención del cine, influencio diversas expresiones de arte en las regiones de Asia, como es el caso del teatro javenes en 1925. El director del “Orion Theater” en Yakarta, T.D. Tio Jr., frente a las larguisimas presentaciones de carácter folclórico, decide modificarlas, creando argumentos influenciados por el reciente cine de Hollywood y basados en una acción mas ágil y realista. Y a la que los actores se enfrentaban con interpretaciones mucho más naturalistas (una verdadera creación, dando un nuevo concepto de actuación en el cine, que luego será tomado por las grandes industrias)
En cuanto al desarrollo cinematográfico Asiático, las temáticas se centraron más que nada en el incesante flujo de filmes occidentales, rechazando (de manera general) la búsqueda de expresiones autóctonas, esta vez respaldadas por iniciativas miméticas. Dicho elemento sigue hasta el día de hoy, y da por resultado uno de los rasgos más peculiares del cine no occidental, que es la pasión de los espectadores locales por ver solo cine de su región, prefiriéndolo por cualquier otra propuesta fílmica.
En India, tal característica se expresa en la inmensa popularidad local que se mantiene intocable con éxitos como “Hum Aapke Hain Kaun” (“¿Qué soy yo para ti?”)(Suraj Barjatya, 1994) o “Dilwale Dulhania Le Jayenge” (“El corazón conquistara a la novia”) (Vidhu Vinod Chopra, 1995) que se consagran como las cintas mas populares de toda la historia del cine de la región.
Una manera de entender el fenómeno de “fanatismo por las propuestas de cine locales”, es la temprana configuración de un “Star System”, desarrollado principalmente tras la independencia de India. Esto quiere decir que la auto-creación de grandes estrellas locales, relacionándose además con la política, es el principal motor de avance, el cual también permitió la afianzada relación con la gente de su región.
En el caso de Medio Oriente, existió siempre la esencial influencia del cine político latinoamericano. Directores como John Abraham y Buddhadeb Dasgupta, artistas de origen bengalí, desarrollaron en sus películas una constante critica de la realidad social, y los cines americanos fueron su esencial determinación.
En cuanto a Dasgupta, su máxima obra fue bautizada como “Phera” (“El regreso”, 1986) la cual relata una doble crónica acerca de la decadencia del teatro tradicional indio, y de la aristocracia terrateniente bengalí. Y en el caso de Abraham, con su excelente film “Amma Aryan” (“Carta a la madre”, 1986) que con muy pocas herramientas de producción, hace gala de una extraordinaria libertad formal, centrándose en las circunstancias que rodearon el suicidio de un joven revolucionario, haciendo una gran reflexión acerca del activismo político en la región.
Incitación por censura
Cave destacar que durante el desarrollo de la industria cinematográfica, en el continente oriental en general, en la década de los diez (principalmente en países como Japón, India, y Filipinas) se impusieron las primeras normas, políticas, y censuras en lo que respecta a la exhibición de películas. En Shangai, medidas como la separación de butacas para hombres y mujeres, y la prohibición de filmes inmorales para las autoridades municipales, eran hechos normales dentro de una sociedad reprimida y militarizada.
En Filipinas, poco tiempo mas tarde se establecería la “Borrad Of Censorship for Cinematographic Films”, institución reguladora de las cintas que llegan y salen del territorio. Y claro esta el particular caso de Japón, en donde los medios de comunicación anexos al cine, criticaban la “incitación” a la violencia y al sexo en la pantalla grande, prohibiendo la exhibición de una inmensa cantidad de películas.
La mayor prohibición en las regiones asiáticas, radicaba en la negación de posiciones políticas en las cintas, actitudes que se representaban en diversas normativas impuestas en cada localidad. Como también la religión, fuente habitual de conflictos entre estos países. En
El carácter marginal de los cines orientales, es un elemento que se mantiene hasta el día de hoy. Obras condenadas al ostracismo, y que quedan fuera del minoritario circuito de festivales especializados.