sábado, abril 28, 2007

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"Los Cines Periféricos"

(2ªParte)





Perspectivas del cine en África


A excepción de Egipto, la lenta y diferida configuración de las nuevas cinematografías africanas, justificables por las circunstancias socio políticas y el retraso económico de diferentes países en el continente, no significan que durante el periodo colonial africano existiera la carencia de una industria de cine. A pesar de que el cine de este continente sea altamente influenciado por el cine europeo (una clara herencia colonial, no es hasta 1970 cuando la gran parte de los países del continente africano logran la independencia), presenta características propias, muy vinculadas con el contexto social en que se desarrolló.

Al comienzo, el cine colonial subsahariano se caracterizo principalmente por una institución, creada tras la segunda guerra mundial, llamada la “Colonial Film Unit”, la cual se limitaba a distribuir películas bélicas europeas y norteamericanas. El fin era crear documentales, que pudieran recrear la cruda realidad que rodeaba a las naciones de África por esos años, e imponer miedo y falsas informaciones a los espectadores. Como es el caso del documental del cineasta Humphrey Jennings, “Fires Were Started” (1943) el cual tenia como propósito hacer creer a la gente de que Londres estaba en llamas, y que los alemanes estaban apunto de ganar la guerra.

Solo a finales de la 2ª guerra mundial, los rumbos de esta institución dieron nuevos y positivos rumbos, haciendo hincapié en documentales educativos, como “Lusaka Calling” que buscaba fomentar la venta de radios en las colonias africanas.

("Listen To Britain", de Humphrey Jennings)

Pero el verdadero aporte de esta institución radica en la creación de una mínima infraestructura para hacer cine (que también fue apoyado por el desarrollo de estudios de televisión), y su influencia tras las diversas independencias de las naciones en África, es en realidad insignificante para los nacientes directores. Es a partir de dichas liberaciones, cuando comienza la certera revaloración de las culturas locales.

Este reencuentro con la esencia ocurre en Paris, con el llamado “movimiento de la négritude”, impulsado por los senegalés Léopold Sédar Senghor, y el cineasta Paulin Soumanou Vieyra con su cortometraje “Afrique-sur-Seine”. La négritude caracteriza a la obra mencionada, en el sentido de que el re-descubrimiento de la esencia africana se ve representada en ella, como también el verdadero nacimiento del arte cinematográfico en África. Y teniendo como principal foco a la nación de Senegal.











De dicha región proviene uno de los pilares del cine de ficción africano, el destacado director Ousmane Sembene, principalmente con su obra “Borom Sarret” (1992). La cinta narra la historia de un carretero, que recorre distintos lugares de la ciudad, dando una visión acerca de la vida moderna en la capital senegalesa, donde culturalmente prima el analfabetismo y los problemas sociales.

Con respecto a la historia de Sembene como director, cabe destacar que logro ser independiente alrededor de mitad de los años setenta, y que durante esos años realizo películas tan notables como “Xala” (“Impotencia Temporal”) (1974), o “Ceddo” (Los Resistentes) (1977). “Ser independiente” es una característica que pocos directores poseen en la región de África hasta el día de hoy, y que por lo tanto es muy admirable (teniendo en cuenta que casi el 70% del cine Africano es financiado por instituciones europeas).










(Imagen de la pelicula "Borrom Sarret")


Por los directores e instituciones antes mencionados, se podría decir que dichos elementos son fácilmente factores para indicar el éxito del cine de Senegal hasta el día de hoy. Y estos se produjeron debido a las emergencias de cine que tenían las personas, que necesitaban expresar sus sentimientos de cualquier manera, emergencias que resaltaron no solo en Senegal, sino que en todas las colonias, y en las regiones independientes actuales del continente de África.

El cine Africano no es un “desierto cinematográfico” como se pudo haber catalogado hace poco mas de 30 años. Sino que es un cine rico en temáticas sociales, donde el contexto prima sobre los personajes, los cuales representan muchas veces los males de la sociedad contemporánea. Como también, la representación de preceptos morales, y es ahí donde se desenvuelve el rol pedagógico del cine Africano, destacando autores como Sembene en “Mandabi” (1968) o la excelente “Kaddu Beykat” (1975) de Safi Faye, donde la tradición oral se aúna felizmente con la investigación etnográfica y el manifiesto político.










El uso de la música como soporte estructural o la incorporación de múltiples puntos de vista en un relato, son ambiciosos elementos que rodean a cintas como “Mirst Sost Shi Amit” (Haile Gerima, 1976), “Nelisita” (Rui Duarte, 1983) o “Wend Kuuni” (Gaston Kaboré, 1982). Y por supuesto, el cine desenvuelto en el rol combativo. Utilizando ideologías como el tradicionalismo y el marxismo, el cine Africano critica a los monopolios. No solamente industriales (en cuanto a la distribución de cintas), sino que también culturales y sociales.

Las expresiones de cine en África son interpretadas mecánicamente como “cine africano”, es decir, se le encasilla y canoniza de una manera muy irracional. Y esto debido a los críticos y “especialistas” del occidente (“Norte”), que recrean e imponen a su manera las interpretaciones y visiones de mundo, de un cine prácticamente in-simplificable.

Esto, invita necesariamente al cineasta africano a devolver la imagen fiel y rigurosa de la verdadera sociedad regional. Elemento que ha sido, lamentablemente, constantemente negado por el cine occidental, y que invita también al espectador a la búsqueda del arte fuera de sus sienes, no solo como forma de conocimiento, sino que como forma de supervivencia y, como es obvio, la real “valoración” de nuestra alma.














(Imagen de Safi Faye, destacada cineasta de Senegal)



Intento de conclusión

En el desarrollo de los cines no occidentales, se podría destacar que en su corto progreso a alcanzado poco a poco la tan apetecida construcción de un lenguaje y estética propio, o bien la valoración de las personas pertenecientes a su región. A pesar de las deficiencias estructurales y su constante dependencia con Europa o EEUU, la inagotable vitalidad ha hecho marcar la trascendencia de este cine, y lo ha transformado en una pieza clave del cine contemporáneo. En el extracto a concluir, se recalca la importancia de revalorar nuestras esencias, pero siempre abandonando los extremos. Y por supuesto, desechando las dominaciones culturales e ideológicas, impuestas por el Norte.











“Cines del Norte, Cines del Sur”

Lo que ocurre en los países del Sur, que son países dominados también culturalmente, es que muchos creadores piensan que para ser comprendidos hay que hacer lo que se supone que el Norte espera de nosotros. Ese es el gran error (…) Menospreciamos la realidad local, estamos tan dominados por el Norte que creemos que estamos en el subdesarrollo permanente, lo que no es cierto en absoluto.

Tenemos una riqueza humana y cultural a menudo mayor que la del Norte. Pero no podemos caer en el folclor, porque como decía Franz Fanon, el gran teórico del Tercer Mundo: “El folclor es la misa de difuntos de una cultura”. Es la parte esclerotizada, que fija lo aparente, una imagen para los turistas que ha dejado de estar enraizada en el cuerpo social. Muchos creadores del Sur juegan al exotismo a causa del Norte. Pero eso es un peligro.

Ferid Boughedir


Vínculos:

Películas en África

Cine en África

Acerca del cine en Medio Oriente

Censura en el cine iraní

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