lunes, agosto 06, 2007



“The Wall”


La dictadura
de la moral






Durante toda la historia del ser humano, desde la concepción de la conciencia, hasta el día de hoy, éste ha evolucionado en una eterna paradoja. Tomando conciencia de todo su entorno, de sus quehaceres, y por supuesto, viviendo en una eterna búsqueda de sus orígenes, pero que sin embargo, también tiene conciencia de sus malos actos. Aquí esta la contradicción; Avanzar en torno a lo que “debería” ser correcto, o mas bien, para lo que los mas fuertes debería ser correcto. Estos mas fuertes son los violentistas o bien los autoproclamados dueños de la verdad absoluta.

Pero esta verdad no lo es para los castrados, los enajenados; Los que existen fuera de la masa uniforme, y que poseen altura de miras. Ellos ven más allá de cualquier razosinio, y están más apegados a la realidad que cualquier otro ser normal. Esto los hace ser visionarios, los salvados, pero por otra parte, los condenados a la miseria de parte de los “normales”.

El arte, como siempre, es la encargada de representar los hechos que van a años luz de la retina humana. Y esta vez, hablaremos de cómo el arte del cine lleva a cabo los tópicos anteriormente dichos. El texto a seguir se centrara en el personaje principal de la película “The Wall” (Alan Parker, 1982) con el propósito de explicar como en el se ven representadas las ideas de enajenación y alienación dentro de la sociedad occidental contemporánea.



“Pink” (pletóricamente interpretado por Bob Geldolf) es la representación esencial de un héroe, que no pudo cumplir su misión, al romperse los hombros tras soportar el peso del mundo. La moral va en sentido contrario a los objetivos, que mueren en el intento de llevarles la contraria. De esa manera, el ídolo ya no es un ser sobre-humano, sino que un ideal, es justicia, o mas bien, la firmeza que rebate una vez mas la inexistente ética humana.

Esta falsa moral, encuentra su refugio en lo que es correcto para la religión eclesiástica, y esto lógicamente llena las vasijas craneales de ideales creados por otros, antes de poder criticarlos, desecharlos o tolerarlos. Una alienación religiosa imposible de evitar. De esa manera, el ideal cristiano del matrimonio queda contrapuesto por la infidelidad, y la propuesta de núcleo familiar queda desecha por la falta de la figura paterna o materna. Automáticamente, al tener la contraparte, el individuo, en este caso Pink, queda obsoleto en la angustia, la melancolía, la soledad y finalmente la decadencia.


No necesitamos educación alguna
No necesitamos ningún

control del pensamiento

Ningún oscuro sarcasmo en el aula

Maestros, dejen en paz a los chicos

¡hey, maestros! Dejen a los chicos en paz

Después de todo, no es más

que otro ladrillo en el muro

Pink Floyd, “Another Brick in the Wall Part II”


Es aun peor cuando la guerra, el producto de la violencia y la utopía de recomenzar y formar algo nuevo, destruye a la figura paterna o a seres queridos. Ahí es cuando la culpa de ser como uno es, recae en la sociedad, y se produce la descarga en contra del sistema (mundo). La destrucción de todo lo que esta alrededor, y la autodestrucción de si mismo, son los sentimientos que rodean a Pink, y que son justificados por la misma sociedad, intolerante frente a las frustraciones, “injusticia” en si misma.

Pink, desde ese entonces, ya no es humano; Es un dictador, un ser que solo quiere arder junto a los demás, y que inevitablemente sufrirá por dichas actitudes. Jamás se cuestionaran los antecedentes de porque fue así, que fue lo que lo hizo ser así. Quiso ser amado, pero la sociedad no respondió. Quiso ser valorado, pero ahora nadie respondió. Contradices, y atacas. Y entonces…

…Caes. El peso del mundo sucumbe sobre tus hombros, torciéndolos, y dejándote inmóvil. Finalmente, comienza la construcción del muro, una sucesión de ladrillos que te enajenan de la sociedad. Una enajenación inducida, que te sepulta en la nada y te margina de toda posible luz o esperanza. Luego de salir del muro, quedas muerto por dentro. Gracias a el muro del desamparo, del terror, que termina una existencia basada en la agresión…en el odio.



¿Hay algún maricón en la sala esta noche?
Pónganlos de pie contra el muro

Hay uno ahí, a la luz del foco

No me mira nada bien

Pónganlo de pie contra el muro

Aquél parece judío

Y aquél es un negro

¿Quien ha dejado entrar

a toda esta canallada en la sala?

Hay uno fumando un porro,

y otro con manchas

Sí me dejaran hacerlo,
Los mandaría fusilar a todos!


Pink Floyd, “In The Flesh”

¿Para que vivir con odio toda la vida?, no puede ser justificable con nada. Ni siquiera para el propio Pink. Y eso es porque no se esta solo en ninguna parte, hay que tener mas que claro que lo humano no siempre es lo tangible, lo experiencial y sentimental. Todo eso se encuentra de manera perfecta en la voluntad del mundo, la esencia de todo; La música, el cine, las expresiones artísticas, y por sobre todo en la literatura. Mediante esta ultima, ocurre un alejamiento de los factores de alienación, y ocurre la maravillosa creación de interpretaciones, de mundos subjetivos, y por lo tanto comienza la altura de miras, la creación de nuevas ideas e ideales.

Rebelión rebelión, la salvación del mundo esta a dos pasos. Solo hace falta tomar algo de “conciencia”…




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