jueves, julio 23, 2009

Cat Power en Chile






Cat Power
Teatro Caupolican
21/07/2009





(Fotografìas; Gentileza de Mont)

El frío y la lluvia, la soledad, la angustia y la melancolía que se sobreexpresaba ese pasado martes de Julio, no era una coincidencia. El ambiente, como una aguja caliente atravesó el inmóvil paisaje físico y emocional creado, para formar un pequeño, pero una vez dentro, majestuoso vórtice de híper realidad, pero a su vez de sueños, utopías y fluidos de emoción irrepetibles en cualquier instancia del tiempo. Aquello que se presencio, fue Cat Power; Nul-O, la destrucción y reconstrucción de todo, la unidad de todos los pensamientos pasados, presentes y futuros que conforman la maravilla más grande que alguna vez pudo jamás existir. Cat Power...amor....patrañas.

En un tal vez blusero Caupolicán, rodeado del contraste característico que rodea el particular paisaje de Santiago, se encontraba una solitaria fila (persona) a eso de las dos y media de la tarde. Las horas pasaban y el pensamiento que me rodeo durante toda la helada y extraña vigilia de espera al concierto (la presencia de un reducido grupo de personas en el concierto o mas bien muy pocas, teniendo en cuenta que no se pegaron afiches y como toda agrupación independiente, paso por toda la discriminación de los medios de comunicación hacia lo “no clásico”) fue cierta hasta la apertura de las puertas del recinto. Ya dentro, a eso de las ocho y tantas ya era posible ver un Caupolican mas orgulloso, dando por catapultados mis estúpidos prejuicios hacia la no presencia de gente en tal tamaña actividad.
Una vez atada mi mochila a la delantera, con el respectivo regalo (si, un regalo para Chan Marshall) a eso de las nueve y cuarto, ya las tensiones dadas por el inicio del concierto (tensiones muy altas o bien apaciguadas por el excelente tracklist de canciones en antesala al concierto, electro-pop-folk-rock y demases, Bat For Lashes, Amy, Jens Lekman, YYY…) me apretaban la vejiga y me obligaba a oler por respiración anfibia un critico frío sicológico de mi compañera…. Solo apaciguado a las nueve y media; Se apagaron las luces y uno a uno, las cuatro almas de blues de la Dirty Delta Blues band, avanzaban por el escenario. Seguida de ellos, sin carácter de diva ni de prepotencia alguna, aparecía Chan Marshall, con una extraña timidez diciendo en tono muy bajo y enredado; “Hi Santiago”. Y simplemente; “Don´t Explain”.


Necesariamente, hablar de Cat Power es hablar de Chan Marshall. Y lo anterior, es literal; Chan es totalmente conocida para mi, para ti y para todo el mundo que alguna vez llegue a ella, es la que te dice que el mundo es una mierda pero al final “no todo esta tan mal” o bien “eres una plasta” pero al poco tiempo después te conversa como si nada. “Conocer” a esta gatita, me da la libertad de decirle así, de sin siquiera hablar con ella, hacer juicios sobre su persona. Ya que su desnudes frente a la vida a partir de toda su obra artística, la transforma en una mujer-arte, en un ser humano que por cada frecuencia de pestañeo que retunde en su cuerpo, va a reflejar una actitud que ya esta formando parte de su propuesta ante el mundo, de su estética, y al fin y al cabo, de su música y un todo.

“Don´t explain” fue un verdadero impacto de emocionalidad con el que todo se volvió de una tonalidad azul, hasta ese momento, de las mas opacas y fuertes que he presenciado en mi vida. Los periodistas aglomerados delante del escenario, no fueron para nada un impedimento para el poderío de las tres de partida, dando por demostrado de inmediato el particular estilo en la baja bataca de Jim White en la tercera, “Woman Left Lonely”, con vientos demás para traer en vida a su mismísima interprete original.

Luego, “Silver Stallion”, en modalidad “estribillo pegajoso” (que hasta el día de hoy no se lo que dirá, pero en el concierto lo cante con el mas lindo spanglish), “Makin Believe” con el potente termino de teclado gospel y la increíble fuerza de “I Lost Someone”, dio termino a una triada de potestad, que sirvió para dejar en claro el positivo estado de Chan Marshall, en formidable plenitud.



La trayectoria musical de Cat Power se inicia entre 1995 y 1996, con la “duología de la oscuridad”; “Myra Lee” y el EP “Dear Sir”, que corresponden para su época a expresiones de modernismo musical, dados por rompimientos melódicos, letras descarnadas basadas en ambientes de angustias astronómicas y un compromiso social y de irreverencia musical casi ausente en sus entregas actuales. En especial este último carácter, continúa en su entrega del año 1996 “What Whould The Comunity Think” con sus líricas que ahondan temas como la maternidad, el sexo libre y la infidelidad (“Nude as the news”) o la resignación a los cánones impuestos por la sociedad (“They tell me”).

Desde este disco, se pierde un tanto el sonido sucio y la actitud de enajenación de parte de Marshall, para comenzar una nueva etapa musical, con un mayor nivel de producción (dado en especial por la firma con el sello
“Matador Records”), con una propuesta mas digerible, pero sin dejar de lado los elementos característicos de casi toda su trayectoria; La honestidad y desnudez musical, el carácter minimalista en sus progresiones melódicas, los ambientes basados en los sentimientos de melancolía/angustia/soledad y su labor de investigadora musical (lo ultimo particularmente expresado en sus discos “The Covers Records” y sus dos ultimas entregas, “Jukebox” y el EP “Dark End Of The Street”)



En los temas siguientes, sin lugar a dudas ya era posible destacar muchos elementos en la presentación en vivo de Cat Power, en especial el respeto por su agrupación (de parte de Chan Marshall, en actos en concreto como desaparecer del foco central del escenario para dejar de lleno a la banda) y la demostración de parte de ellos de su calidad artística. Como también la lucidez de algunos de ellos (ya para el tema “Lord Help The Poor And The Needly” el inquieto tecladista Gregg Foreman agarra su pandero y empieza a danzar al ritmo del mas puro blues, liberando toda su embriaguez acumulada hasta ese momento).

Varios temas del concierto se caracterizaron por un final catártico (“Fortunate Son”, “Metal Heart”, “Lived In Bars”) en donde se destacaban las destrezas de cada integrante, funcionando como un todo y expresando hacia los demás su éxtasis por su ejecución de la obra en presentación. La coordinación improvisada de White y el guitarrista Judah Bauer, el siempre presente cigarro en el borde del teclado de Foreman y su fumarola al son de armonías melancólicas, además de una serie de mínimos detalles que inundaron la presentación de Cat Power, llevaron este show en vivo hacia algo que va mas allá de lo palpable, a una complejidad indescifrable y por sobre todo única para aquella singular instancia.



“Metal Heart” dio el puntapié inicial para una serie de canciones populares de Cat Power, en donde se pudo por fin congregar a todo el teatro. Una re-versión que eleva las emociones del tema original y en la que en un comienzo, un fugaz cruzamiento de miradas y canto desvanecieron mis sienes hasta el suelo. Seguida de la anterior, viene la versión jukeboxiada de “Sea Of Love” la que mantiene las mágicas y naranjas tonalidades de la versión “original” del disco “The Covers Records”, con los evidentes toques opacos del azul característico de “Jukebox”. “The Greatest” erupciono por chorros los trozos de esmeralda alma de los asistentes, confirmando como algo totalmente palpable; “The stars at night turning deep to dust”. Además de memorar una de las mas hermosas y conocidas líricas de la música popular del ultimo tiempo.

Luego, “Lived In Bars” y su eléctrico final en el que entre medio (al igual que varios temas mas del concierto) se complementaba con los gemidos y aullidos de lobo, del alma blues que todos llevamos dentro (así como expresiones varias; Sabes mucho!! (un grito con múltiples interpretaciones) o rica!! (gritado por una mujer y hecho que Chan considero, soltando una risa)). La explosión fue seguida por una serie de recuerdos a Dylan (“Song To Bobby” donde a mi lado izquierdo se memoraba a Dylan con una pancarta, hecho también considerado durante la canción por Chan Marshall), una versión distinta de “Satisfaction” (para variar…ya no me cabe la menor duda que es a propósito y que hay una razón mas que interesante para aquello) además de la “ternura” de “Dark End Of The Street” y las despampanantes “Ramblin Woman” y “Anjelitos Negros” (la “J” según el setlist), la segunda, digna de una interpretación épica, tanto a nivel musical como teatral. El nivel de expresividad corporal que alcanza Chan Marshall en sus interpretaciones, en especial en esta ultima, llegan a niveles cósmicos, instancias de desgaste expresivo emocional demasiado intensas, que logran en el espectador no 1 sensación, sino que un conjunto de ellas, que actúan en conjunto y que son extrañas, pero purificantes, celestiales, en todo el sentido de la palabra.

En el mundo de la música y el arte, existen artistas que están en constante experimentación. Viviendo empíricamente cada tendencia, cada estilo, de manera tal que cada una de estas variantes sean repasadas por el y estas adquieran su propia visión personal. Como también, existen artistas que están en constante búsqueda. La “búsqueda” y la experimentación son conceptos distintos, ya que un artista en constante búsqueda no sabe lo que quiere. No sabe quien es, que a hecho de su vida y hasta cierto punto, busca un hogar estable. Un largo laberinto para buscar una morada y quedarse allí, seguro, hasta tiempos indefinidos. Y el mapa sanguíneo que ha seguido Chan Marshall hasta el día de hoy, nos confirma que ella, es de aquel tipo de artistas.

El siguiente disco de Cat Power, del año 1998,
“Moon Pix”, son los primeros pasos de Marshall para llegar a este supuesto “hogar”. “Moon Pix” es una expresión musical totalmente espontánea y cargada de emocionalidad ennegrecida, sentimientos triviales y melodías en esencia. Sus entregas posteriores, “The Covers Record” del año 2000 y el corto dirigido por Mark Borthwick “Speaking For Trees” del año 2004, continúan y reafirman una retroinspección exhaustiva en el alma de Chan, que incluso se ve en la estética que ahonda en estas dos entregas (la nostalgia y la enajenación y vuelta a los orígenes con el aislamiento de lo material)




En todas las entregas mencionadas en el párrafo anterior, se abandona hasta cierto punto las líricas con critica social, elemento que es retomado en el año 2003 con el disco “You Are Free” (con conceptos que van desde mensajes ecologistas, líricas de conciencia social (“Names”, “Free”, “Evolution”) y una clara postura ante las diferencias sexuales (“He War”)) llegando en el que es por muchos la máxima capacidad compositiva de Cat Power, en conjunto con la hibridación ideal de las vertientes armónicas que hasta ese entonces seguía, mas la aceptación del pop/rock como propuesta melódica. La música como lenguaje universal es otro concepto que abarca este disco y que incluso es aceptado por la misma Marshall en el siguiente extracto de entrevista;

"Todos somos parecidos y las cosas de las que yo hablo en las canciones son las cosas que todos estamos pensando en nuestras vidas. A todo el mundo, a la gente en la jungla, les gusta la música también y el arte". ¿Por eso el disco se llama "You´re Free"? "Porque quería tener una imagen, algo como un lenguaje, un color, una sensibilidad, un tono, un sonido. Algo así. Es difícil traducir eso a una gramática, o a letras. Así que lo único que era posible era ´You´re Free´".

A pesar que en estudio las cosas sonaban muy bien, en vivo no lo eran tanto, refiriéndose a los sentimientos de Chan Marshall y dejando de lado lo melódico, en este periodo de su trayectoria. Las presentaciones en vivo se caracterizaban, en general, por la carencia de banda de soporte y solo la presencia de Chan Marshall con su guitarra y piano. Y en algunas de estas presentaciones, rodeaban las malas vibras de Marshall a la hora de realizarlas, la molestia por cantarle a los demás, a los espacios amontonados, en definitiva, la molestia por la fama y lo estrictamente pop. Este complejo paso dio abasto a un periodo de soledad y depresión, del que por contradicción, sale el año 2006 su mejor y mas “optimista” disco;
The Greatest”.

“Angelitos Negros” supuso la retirada y el fin oficial del concierto. Un riff de guitarra repetido una y otra vez quedo como base sonora hasta la vuelta del escenario para el encore, periodo que se caracterizo por muchos chiflidos, gritos y una ansiedad extrema con tanteo de piernas y hombros, burbujas por lo tacho y tiritones de corazón incluido. Una desesperación, que termina con el regreso de la banda, volviendo al hogar, a lo cotidiano, seguro y infinitamente hermoso, que jamás se quiere dejar; “House Of The Rising Sun” representa, justamente, la monotonía y eternidad utópica establecida en esa instancia, el folk, el lado mas lucido y ameno de Cat Power, el que deambula por las mentes de todos los presentes y entonces se hacen los amantes; Una versión reducida de “The Moon”, ese tema que se repite una y una y una y otra vez dando vueltas como una carretera con retorno construida entre nuestros dos oídos y conectada directamente con nuestra conciencia, y que concluye en el enamoramiento y hasta los celos de algo que jamás importo su origen metafísico. Una instancia en que discernir entre lo real y lo imaginario, era una banalidad obsoleta….



…Para finalmente terminar con todo; Una magistral versión de “I Don´t Blame You” nos hace retroceder a aquellos tiempos de inestabilidad emocional y soledad de Marshall, esta vez reafirmando el sentimiento de la canción, dejando claro con un misterioso orgullo su felicidad. Un ritmo inseguible para tararear una de las canciones mas conocidas de Cat Power, un punteo de guitarra orgásmico, para terminar en un instrumental conclusivo donde la gatita ya amante de todos, agarra un ramo de rosas, lo rompe y reparte enérgicamente cada una de las rojas flores entre los asistentes, además de repartir los setlist en modalidad “bola de papel” por todo el Caupolican.

Los gritos de emoción de un publico excitado se sobresaltan en este periodo, mientras Marshall, con una serie de gestos con las manos, celebraciones conocidas y reverencias por todos lados, hace rebalsar de híper felicidad por pocos segundos al espacio dado en ese instante; Y entonces agarre mi mochila, la abrí, tome el maldito regalo preparado para “ella” y se lo lance. Abandono el escenario la banda. Abandono el escenario ella. No lo recogió. Pero el manager si. Los pocos segundos de felicidad verdadera son extrañados por todos. Pero eso dura los mismos segundos que duro dicha instancia. Todos abandonan el recinto. Y creo, que todo sigue como siempre; Exactamente igual que aquella vez, en que se creo aquel vórtice con la punta de una aguja caliente y se creo esa realidad alterna…de amor…amor….amor.

Dicen los viejos; “Cuando eres joven, quieres y puedes ir en contra del sistema. Puedes ser un enajenado, un ser que va contra las reglas, que defiende absolutamente todos sus derechos y también los derechos de los demás. Pero cuando eres “adulto”…cuando eres “adulto” inevitablemente, pasas a estar dentro del sistema. “No se puede ser joven sin ser revolucionario” y no se puede ser viejo sin ser un pasado a llevar, un inconsecuente, prepotente, ególatra, un egoísta con tus ideas y manera de vivir. Ser un nuevo rezagado de la sociedad, pero esta vez un rezagado que no quiere estar ahí y que lo es por el solo hecho que es un débil, un abatido y derrotado por el sistema, por la cultura y la sociedad, el cual ya no tiene fuerzas ni ideológicas ni físicas para luchar contra ellos. Ser un rezagado atacante del sistema, es labor de los jóvenes. No hay lugar para los ancianos.

Y no es que “totalmente” eso sea “The Greatest” ni mucho menos Cat Power. Pero ciertos elementos de esta obra radican en la mismísima esencia de la ancianidad; La aceptación definitiva de uno mismo, la más pura honestidad y un, esta vez, tipo particular y misterioso de egocentrismo. La depresión por la que paso Marshall tras la composición de este disco, logro un flujo de tensiones y emociones que terminaron convergiendo en un radio en común, dado por el abandono de muchos elementos artísticos anteriores; Como el abandono (hasta cierto punto) de la experimentación, la pretensión, la rebeldía, la idea de difusión musical, nostalgia y de la investigación y reinterpretación musical y por supuesto la búsqueda de un registro propio. Sin embargo, esto último, Cat Power lo logra sin quererlo, potenciándolo al límite. “The Greatest” es el mejor disco de Cat Power; Su honestidad extrema hace ebullir y desbordar de emociones y sentimientos al altoparlante, sentimientos sin filtros ni demases; “The greatest” es un disco hecho con el corazón.

En esta expresión de arte totalmente transparente, se deambula por el blues de antaño, el soul o el r&b. Estilos que Chan los canta con total relajo y lucidez, como si realmente no importara nada lo que los críticos o las personas piensen de sus canciones. Es por eso que “The greatest” es un disco muy personal, un disco que muestra a Chan desnuda ante todos, elemento fundamental en la propuesta artística de Cat Power.


Finalmente, las dos ultimas entregas; Jukebox y el EP Dark End Of The Street, los dos del año 2008, son la morada de Marshall y hasta el día de hoy, claras evidencias de una de las etapas de mayor felicidad emocional de la misma y es justamente la que hoy en día nos permite presenciarla por estas tierras. Existe una gran recuperación espiritual tras "The Greatest", que se ve expresada en su renovada estética visual (jugando con su imagen, adaptándola a la simpleza y sensualidad del blues moderno, tanto ella como su banda) y volviendo a la propuesta de investigación y reinterpretación musical (en Jukebox incluso la presencia de re-versiones de temas de sus discos anteriores).

La incorporación de una banda (la Dirty Delta Blues Band ya incorporada para las presentaciones de The Greatest) y el abandono de la utilización de instrumentos de parte de Marshall (que da a conocer su increíble capacidad corporal interpretativa) son de los tantos elementos que indican la cómoda libertad en que se encuentra Cat Power en la actualidad y desde el lanzamiento de Jukebox.

Y son estos cambios, los que sirven para reconocer a una artística inquieta, con constantes cambios e innovadora, en el gran mundo musical actual. Y entonces, mas aun, tras el show de Cat Power aquel martes 21, lo digo sin remordimientos; Cat Power es y será una/o de las/os grandes bandas del 00´s y epígono de la música moderna; Y Chan Marshall, una de las voces mas destacadas y una verdadera genia/o musical de nuestra época.