lunes, febrero 04, 2008






Die Blindgänger (“Volar a ciegas”)

de Bernd Sahlin











El cine Europeo de estos últimos años, se ha caracterizado por narrar historias muy realistas, que retratan diversas perspectivas de la sociedad occidental. Y que además, se centra en un claro mensaje critico-social. A través de una historia propia de la vida de las personas, una historia de la sociedad, reafirma posturas éticas y morales, poniéndolas en el tapete de la discusión, o simplemente imponiéndolas como posturas que se han perdido en la actual sociedad y que son necesarias de rescatar.
“Mar Adentro” (España, 2004) de Alejandro Amenábar, “El Regreso” (Rusia, 2003) de Andrey Zvyagintsev o Caché Escondido (Francia-Austria-Italia, 2005) de Michael Haneke, son ejemplos de aquél cine.

Y por supuesto, la película que nos convoca. “Die Blindgänger”, que en Chile será estrenada en los cines con el nombre de “Volar a Ciegas”, es una película Alemana del año 2004, la cual precisamente tiene como principal propósito dar a conocer una historia humana, pero a la vez bella, hermosa y que a través de un relato realista con muchos simbolismos, logra hacer una critica que va directo al corazón de la sociedad occidental. Una critica que va sin filtros ni demases, ya que este cine europeo de simpleza, de no sensacionalismo (que desecha la pornografía en todas sus variantes) termina siendo sentimiento “en si”, sentimiento mismo, sentimiento desnudo, sentimiento puro. Se dejan de lado las ficcionalidades, ya que la verdadera ficción es la vida cotidiana, y son ciertas perspectivas de esa contaminada vida la que esta cinta en particular quiere hacer notar.




El relato de esta película narra la historia de dos niñas de 13 años, Marie y Inga, las cuales no poseen el sentido de la vista. Ellas, viven en un internado para niños no videntes en una fría Alemania actual y es allí en donde Marie y Inga desarrollan su fuerte amistad.

En dicho establecimiento la vida va en una línea, que va por un curso único. Todos los días los niños escriben diversas oraciones, en una maquina que escribe en sistema braille, como también todos los días “ven” televisión (ya que solo escuchan los sonidos que esta emite) Sin embargo, el caso de estas dos niñas es totalmente diferente al de los demás no videntes. Ellas viven en un internado en donde la vida es sostenida y protegida, pero a su vez, a veces salen de el, a la ciudad, en donde viven la vida de manera igual que las jovenes “normales” de su edad. Aun más, de manera mucho más pasional, instintiva y gozadora. Una perdida de un sentido, tan preponderante como es la vista, en vez de empobrecer la sensibilidad de las niñas, la reafirma, la estimula, y permite el hiper-desarrollo del sentido en general, y en vez de retraerlas, las convence de vivir la vida de verdad, de lanzarse hacia lo desconocido.


“¿Cuántas veces te has teñido el pelo?, lo has tenido rubio, verde y ahora te lo vas a teñir rojo….será en verdad rojo?”, “No lo se…le voy a pedir a Karl que me lea las instrucciones de uso, se me olvido cuanto tiempo se tiene que dejar puesto…”


Y es a las afueras de este internado donde una de las niñas, Marie, conoce por obra del destino y de su constante carpe diem a Herbert, un joven ruso-alemán que en el momento que se encuentra con Marie estaba huyendo de los policías, por robar un auto. El, anhela tener quinientos euros, los que necesita para irse de Alemania a su tierra natal, Kazajstán, para vivir con su madre y familia. Es así como Marie decide ayudarlo, primero manteniéndolo escondido en el internado, y luego, con la ayuda de su amiga Inga, ayudarlo a juntar el dinero, utilizando sus facultades musicales; Ya que Marie es guitarrista, Inga respira del saxo y Herbert toca el gitanesco acordeón.


En un principio, pretenden juntar el dinero tocando en la calle., junto con los
“mirones” Es así como Marie y Inga llaman a la gente vidente, con una obvia connotación social (el morbo de las personas de ver a gente ciega, o bien de ver los titulares de las noticias de la tv y observar en detalle como la bala de una pistola atraviesa la cabeza de una mujer, etc) Los tres jovenes caminando por la gélida ciudad alemana, con la cara blanca y colorida, con una nariz de payaso y extraños peinados y mantas que cubren sus cuerpos, tocando alegres melodías de saxo/guitarra y acordeón para las personas, consta esta “travesía” a la vida, para ayudar a Herbert a juntar el dinero.



Sin embargo, no todo sale como lo habían esperado. Es así como deciden participar en un concurso de tv, que consiste en grabar un video musical. Este “cuarteto musical” (ya que luego se une un baterista del internado) lo auto bautizaron con el nombre de “Los viajeros de la noche” (“Die Blindgänger”)



Cabe destacar el vínculo que se establece entre Marie y Herbert. Por una parte, muy natural y “normal” (con la particular alegría de Marie al acercarse a Herbert) y por la otra, una relación de aprendizaje emocional. Existe una percepción de los sentidos diferente de parte de Marie, en donde al no estar dotada del sentido mas sobrevalorado para todos que es la vista, desarrolla una aflicción especial por el tacto y la audición, siendo sus ojos reales, su visión de mundo ante todas las cosas. “¿Puedo mirarte…?”…”Si” (Herbert cierra los ojos y Marie toca cada tejido, respiración y áurea que pueda rodear el rostro de el)


Esta película, es sin lugar a dudas una brisa pura de imágenes y emociones. Los grandes árboles que inundan el blanco de la nieve que rodea las carreteras, la arcilla y el oscuro cielo estrellado, se ve contrastado con la no siempre buena ciudad, repleta de edificios con cierta malicia de poca sinceridad, que solamente se matiza por el aureleado cielo europeo. Esta céfiro de imágenes, se ve complementado por una particular música, que solo consta de sonidos de batería y ciertos rasgueos precisos y solitarios de guitarra eléctrica distorsionada. Como se puede observar, tanto en la trama como en los elementos técnicos que rodean a esta película, existe un naturalismo que reafirma el concepto de “realismo social”




Y es esta falta de algo mas explicito, mas fuerte, mas tangible y cercano a la vida urbanizada basada en la pornografía, es precisamente la necesidad que la película quiere establecer en el espectador; Lo único que verdaderamente vale la pena, es la esencia de todas las cosas, lo instintivo, y al fin y al cabo, cada momento de la “vida” La vida del ser humano es cortísima, teniendo en cuenta que lo que “vivimos” de verdad es poquísimo. Todo el tiempo se va en dormir, comer, ir al baño, tomar el Transantiago, el metro, en caminar caminar caminar correr trotar y nunca llegar a ningún lado, en esperar quieto algo que nunca va a llegar sino te mueves ahora….


Entonces, llevemos más allá del infinito nuestros sentidos, y vivamos el momento. “Yo voy a dormir cuando me muera”, “si viviera de nuevo, viviría cada segundo de mi vida”, y “carpe diem para siempre”………….por favor, simplemente, hagámoslo realidad.



2 comentarios:

BUDOKAN dijo...

Buen descubrimiento sobre un cine europeo que pocos conocen en la actualidad. Me han dado ganas de ver esta recomendación. Saludos!

Anónimo dijo...

que buena yo vi esa pelicula y me encantó, pero quiero verla nuevamente pero no sé donde la podrían estar dando; puede decirme alguien en que lugar, cine, estan exhibiendo la pelicula, plis
gracias
pd:lo que mas rescato de la pelicula es la musica, es genial
Caro