sábado, agosto 30, 2008

El Arenal. O donde están los monstruos.














Por Jorge Sánchez Sánchez (1)

“El Arenal”, documental realizado por Sebastián Sepúlveda y estrenado en SANFIC este año, con un gran éxito en público y crítica, como buena producción estimula a variadas reflexiones y lecturas. El documental trata sobre un conjunto de sujetos que habita en el Amazonas, y que lucha por mantener sus discursividades frente a la modernización a ultranza.

Importante es ver el desplazamiento de la mirada canónica que nos ofrece con respecto a los medios hegemónicos, los que nos dibujan una Amazonía completamente verde, llena de animales “curiosos”, presentando a un mundo que impone categorías de postales vacacionales, recordemos las producciones internacionales de canales como Discovery Channel o National Geographic o nuestras criollas creaciones realizadas por Manuel Astorga.

Aquí la mirada se vuelca insolente, si bien existe la tensión paraíso // infierno, que nos acercan a ciertos relatos en donde el tópico del paraíso terrenal habitaba en los espacios amazónicos, o bien en donde la modernización es un pecado en si y los nativos son unos entes puros y libres de todo pecado modernizador. Lo interesante acá, sin embargo, es la problematización, los pliegues y puntos de fuga que surgen de una mirada que deja hablar a los y las sujetos, es más nos devela un imaginario que soslaya lo que generalmente en las postales antes mencionadas se escenifica con ese verde insoportable, objetualizando a los pocos sujetos que se divisan a través del enmudecimiento, no nos relatan sus historias, sino que hacen sus historias ubicándolos como objetos culturales de museos añejos.
Si bien acá también hay una historia construida con una mirada extranjera, la voz de los sujetos desbarata cualquier proyecto esencializador, los monstruos acá por ejemplo, conviven sin mayor problema en un hábitat que depende de estos, el monstruo o ser fantástico para nosotros, es para ellos un ente que se requiere, una categoría no de inteligibilidad, como menciona Foucault (2), sino de estabilidad, un ser que no se halla afuera sino que dentro de su espacio, el que evade toda captura significativa occidental que se polarice dentro del infierno o el paraíso.
El hombre lobo , el arenal, las culebras gigantes, Matita Pereira, a diferencia de los relatos tetratológicos europeos (Staden, Colón, Carvajal) que expresan que los seres monstruosos son innecesarios y causan daño al espacio en que se mueven y a la lógica de la verdad, aquí son parte de una comunidad específica, no son extranjeros a su hábitat, aquí lo externo y deformador son los discursos y prácticas modernizadoras, estos son los que proponen modelos raros, por ejemplo los vampiros, destructivos, las maquinas que roban el arenal, espirituales, la religión evangélica.
Se podría pensar en la trasnochada dicotomía cvilización pecadora / barbarie santa, mas el documental evade dicha dicotomía del buen salvaje y el mal como monstruo moderno, ya que la violencia de estas monstruosidades modernas se imbrica con los discursos de resistencia, así el dios evangélico convive con hombres lobos, la fea multicancha de cemento se rodea del desordenado pasto amazónico. Lo monstruoso se reconstruye, la mirada del documental no toma una postura interpretativa distinta sino que, como enuncia Mignolo (3), en una perspectiva diferente. Su mirada se esfuerza en mirar desde un lugar que evada construcciones basadas en diccionarios o manuales occidentales.

Se agradece entonces, este mirar descarriado de tanta lógica oficial, de tanta lectura facilista, un discurso visual que tensiona esa particularidad invisibilizada de la amazonía, en un juego de hibridación, conexión y resistencia de saberes, que se conjugan en voces discursivas únicas, mas relacionadas con nuestro estar Latinoamericano que se intenta homologar en postales televisivas, se nota la influencia teórica de Ana Pizarro, la que fue brillantemente plasmada por Sebastian Sepúlveda, en un documental que si bien vale la pena ver lo propuesto por Sebastian es un documental en el que primordialmente hay que oír.



(1) Texto leído en la presentación del documental: El Arenal, en el Salón de Honor de la USACH.
(2) Michel Foucault: Los Anormales.

1 comentario:

BUDOKAN dijo...

Este documental suena más que interesante. La verdad que lo desconocía. Saludos!